viernes, 23 de octubre de 2009

Motivación en tiempos de CRISIS.

La Real Academia Española de la lengua define motivación como: Acción y efecto de motivar, motivo o causa, ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia.

¿Qué es la motivación? ¿Dónde nace? Y ahora que vivimos inmersos en una crisis, ¿Cómo diablos me motivo?

¿Cómo motivarme si estoy en el paro? ¿Si me ha dejado mi pareja? ¿Si estoy pasándolo mal?

¿Cuándo fue la última vez que planeaste unas vacaciones? ¿Te ha pasado que durante el proceso de planear unas vacaciones te invadió una sensación de motivación mayor a la que sentiste durante los días de vacaciones?

Algo similar pasa con la vida. Nos sentimos motivados cuando tenemos una idea clara, muy clara, de donde estamos y de hacia donde queremos ir. Cuando empezamos un nuevo trabajo, cuando iniciamos un nuevo proyecto o empresa, cuando decidimos casarnos o cuando sabemos que pronto llegará un bebé.

El problema actual es que tenemos poco tiempo para pensar. Poco tiempo para planear nuestra vida de la misma forma en la que planeamos un viaje. Salimos de la facultad, entramos a nuestro primer trabajo, nos casamos y ya está: A trabajar hasta las 8 de la noche si nos va bien y de ahí llegar a casa a bañar a los niños, darles de cenar, acostarles, arreglar los pendientes de la casa con tu pareja y si el tiempo lo permite ver un poco de TV y a descansar.

¿Cuánta gente se siente motivada haciendo su trabajo? ¿Cuánta gente disfruta de su trabajo?

En la vida tenemos 700 mil horas si contamos que vamos a llegar a los 82 años. Una semana tiene 168 horas. De esas horas nosotros dormimos aproximadamente 7 horas al día, eso es un total de 49 horas, un 29% del tiempo. Ahora, trabajamos, si bien nos va, 50 horas a la semana – un 30% y nos queda un 40% el resto de nuestras actividades; 3 horas semanales en ducharnos, 14 horas en comidas, 15 horas en transporte, un total el 82%. Lo que nos deja unas 30 horas semanales para TODO lo demás, un 18% de nuestra vida. 126.000 horas solamente. Y en este 18 porciento entra el ir de compras al supermercado, cortarse el pelo o ir al dentista, llevar a los niños al médico, ir al cine, leer el diario, jugar al padel, contarle un cuento a los niños etc.

Ahora, todos sabemos porqué dormimos, porqué comemos o nos duchamos pero el más del 30% de la vida se emplea en trabajar y la pregunta es:

¿Por qué trabajas?

Después de salir a la calle y de preguntarle esto a la gente, cerca de un 90% de las personas me contestaron respuestas vagas que oscilan entre ser feliz y pagar una hipoteca. Pero por el otro lado más de un 80% confesó que si pudiera dejaría de trabajar y un 100% de los encuestados afirmó que el trabajo no le produce el suficiente placer como para compararlo con actividades de ocio o descanso. Pero tenemos que trabajar, tenemos que pagar cuentas, tenemos que sobrevivir en el “sistema”. Entonces nos metemos en un ciclo de vida que consiste en llevar lo mejor posible el trabajo de lunes a viernes y de disfrutar lo que se pueda el resto del tiempo (nuestro precioso 18%).

No hay pausas, no hay reflexión y durante muchos momentos de nuestra vida tenemos la incertidumbre del “dónde estoy y a dónde voy”, esto nos genera estrés, acidez estomacal, migrañas, depresiones, angustia y a veces hasta pánico.

Pero de vez en cuando tenemos suerte. De vez en cuando nos llega una crisis. Hay momentos en nuestra vida que la “neblina” es tan fuerte que nos obliga a detenernos. En ese momento recordamos que la vida es un viaje, que es necesario saber a dónde vamos y que necesitamos un mapa. Una crisis nos puede llegar a obligar a replantearnos muchas cosas, a cuestionar nuestro día a día y a tomar medidas. Si lo hacemos, oh milagro !!! de repente nos sentiremos motivados porque no importa que tan grave es la crisis, nosotros ya tendremos una idea clara de dónde estamos y a dónde vamos, podremos ver claramente los obstáculos y trazar un plan (mapa) para superarlos.

El problema existe pero se transforma en reto y la incertidumbre desaparece y se convierte en ... Motivación.

Crisis significa para los chinos la fusión de dos palabras: Oportunidad y riesgo (ó peligro). En temas de motivación puede significar para muchos la mejor oportunidad de replantear en que invertimos las horas de nuestra vida, replantear el viaje y las acciones y generar motivación de donde debe salir: desde lo más profundo de uno mismo.

1 comentario:

  1. Has dado en la diana !!!!!!

    Enhorabuena por tu nuevo BLOG

    Un fuerte abrazo

    Conrad

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