viernes, 16 de octubre de 2009

Éxito FÁCIL y a la venta



Vivimos en un mundo que cada día va más aprisa. Actualmente las exigencias de trabajo y de nuestro ritmo de vida requieren de resultados inmediatos, aquí y ahora y conforme pasa el tiempo estas exigencias se vuelven más y más agresivas.

El tiempo libre es como un lujo.Tenemos que estar conectados las 24 horas del día los 7 días a la semana, a nuestras computadoras portátiles, teléfonos móviles, beepers, agendas electrónicas, y otros muchos diversos aparatitos que se han desarrollado para que precisamente no perdamos ni un segundo. Y si es que tenemos algo de tiempo libre el sistema nos regala todo tipo de “juguetes” como el Internet, 300 canales de cable, la PlayStation, la Wii y la PSP Go para que así no tengamos tiempo para pensar en nosotros, nuestro futuro y nuestra vida, nuestro objetivo, el POR QUÉ hacemos lo que hacemos todos los días. Y de esta forma no interfiramos en nuestro proceso de producir resultados inmediatos y a corto plazo para el sistema.

Esto ha traído como resultado una sociedad llena de divorcios, terapias psicológicas, antidepresivos, crimen infantil, predicadores motivacionales, nuevas religiones y dietas express para bajar de peso. Parece que de alguna forma la sociedad misma esta gritando por ayuda para poder llenar los vacíos que este tipo de vida dejan en los corazones de las personas que vivimos inmersas en el sistema.

Pero hay personas que le han sacado mucho provecho a situación. Personas que se han dado cuenta que la gente no esta dispuesta a dejar sus urgentes actividades para ponerse a pensar en conceptos importantes como la felicidad, el amor y la familia. Estas personas desarrollaron y convirtieron la palabra éxito en un producto "mercadeable" y se dedicaron a escribir formulas rápidas y fáciles de entender las cuales se venden por millones a través de libros, audio libros y seminarios motivacionales.

Ahora, “supuestamente” solo necesitamos 7 hábitos para ser efectivos (aunque recientemente ya nos venden un octavo hábito y cuando al Sr. Covey se le acabe el dinero sacará el noveno hábito plus), algunos dicen que necesitamos 4 acuerdos o 21 cualidades para ser exitosos, para Ser Excelentes. Existen los que nos siembran la preocupación si es que somos un Padre rico o un Padre pobre. Hay quienes nos invitan a visitar al monje que vendió su Ferrari o también existen los optimistas como el Sr. Blanchard que aseguran que solo necesitamos 1 minuto para lograr increíbles resultados. Y nos vende minutos a granel. Puedes ser un ejecutivo al minuto, un líder al minuto, un vendedor al minuto, un millonario al minuto, trabajar en equipo al minuto, un buen amante al minuto, un buen golfista al minuto y la lista es interminable.

Tal vez solo necesitamos que se lleven nuestro queso, que nos traigan un FISH o una vaca (si es morada mejor) y que nos sirvan una buena sopa de pollo para el alma aunque parece que la sopa ha tenido mucho éxito ya que existen más de 50 títulos publicados.

Cientos de formulas, cientos de recetas para ser exitoso o feliz. Y lo que es curioso que muchas veces estas formulas están escritas por gente que no son felices, que no tienen paz y que atrapados por el sistema solo se preocupan en vender la mayor cantidad de títulos o conferencias como les sea posible para satisfacer a una masa en donde ya les hemos puesto la etiqueta de “exitosos”.

Nadie se embriaga de un buen vino leyendo la etiqueta.

Tranquilizantes psicológicos, así les llamo yo a este tipo de productos porque en lugar de curar el mal que produce el dolor o el vacío que existe sólo calman momentáneamente (como una buena sopa de pollo) los síntomas que sienten las personas afectadas por la "enfermedad". Al pasar el efecto generalmente buscamos o necesitamos de otro narcótico, otro libro o seminario, de otro “experto” que nos diga “Tu puedes ser feliz”.

Cómo explicar que el principal negocio de Anthony Robbins (reconocido motivador internacional) no es la cantidad de gente que asiste a sus cursos sino la cantidad de gente que reincide, que regresa y regresa cada cierto tiempo por su dosis de motivación, por su tranquilizante psicológico.

Tony Robbins, durante uno de sus cursos utiliza como metáfora el poder caminar sobre carbones ardientes y hace un gran despliegue de producción para que los 3 mil asistentes puedan experimentar en carne propia la experiencia. Esta metáfora tiene como mensaje: “Si puedes caminar sobre el fuego puedes hacer cualquier cosa en tu vida si es que te lo propones”. Pero la gente, en lugar de salir a la calle a hacer cosas con su vida prefiere regresar año con año al mismo seminario para caminar sobre el fuego nuevamente mientras los organizadores venden camisetas que dicen: “He caminado sobre el fuego 5 veces (o 10 veces, o 20 veces)” que los asistentes portan con orgullo. Es el equivalente a portar una camiseta que diga: He venido 10 veces, me he gastado treinta mil dólares y todavía no capto el mensaje. Tranquilizantes psicológicos, sopas de pollo para el alma.

Con el BOOM inmobiliario se vendió la “idea” que puedes hacerte rico sin esfuerzo. Todo este movimiento se inicio en los 70´s con libros como “Piense y hágase rico” de Napoleón Hill y ha desvariado a un sin número de títulos que van desde “Padre Rico, Padre Pobre” de Kiyosaki hasta “Como hacerse rico” por Donald Trump. Los “expertos” más cotizados son los que te enseñan las claves para hacerte rico rápido, sin esfuerzo, sin dirección (muchas veces la gente no tiene claro para qué quiere el dinero o cuanto dinero quiere),sin inversión donde lo único que tienes que hacer es gastar “solamente” de $1,200 hasta $5,000 dólares en seminarios y libros.

Los gurús están por todas partes. En el 2005 y 2006, el apogeo del BOOM se celebró en Los Ángeles una feria de Bienes raíces que atrajo a mas de 40,000 personas con el slogan “Este fin de semana te va a hacer millonario”. Gurús como Robert Kiyosaki, Ron LeGrand y Mark Victor Hansen se congregaron para convencer a la gente que sin inversión alguna y casi por arte de magia podrían convertirse en millonarios aplicando “dudosas y cuestionables” técnicas de compra y venta de propiedades.

La gente estaba de pie casi en la euforia cuando uno de los conferencistas gritó “Trabajar de 9 a 5 es sólo para perdedores – ¿Quién de ustedes quiere seguir soportando un trabajo y a un jefe?”. La gente gritaba eufórica y se animaba soñando en la posibilidad de los millones.

A los organizadores de estos eventos no les importa saber que más del 90% de los asistentes necesitan de ese trabajo para poder mantener a sus familias y pagar las cuentas.

Nadie le dice a la gente, durante esos seminarios, que en promedio, en la industria de los bienes raíces, tienes que trabajar 100 posibilidades antes de poder concretar una. Que la inversión en publicidad, promoción y tiempo puede ser cuantiosa. Que muchos de los ahí presentes no tienen ni el entrenamiento ni el conocimiento para negociar tratos ventajosos con profesionales y bancos o que tampoco tienen el estomago de tirar a matar para darle el tiro de gracia a una pobre viuda en bancarrota al comprarle su casa a un precio injusto para sacar ventaja de la desgracia ajena.

Nadie les dice que pueden llegar a perderlo todo y que no es tan sencillo, muy al contrario, si fuera así de fácil esos mismos gurús estarían guardándose el secreto y ganado millones en bienes raíces. ¿Qué es lo que hacen en cambio? Se aprovechan de la ingenuidad de la gente, de su falta de planeación, de su necesidad de sueños y si, si que hacen sus millones pero vendiendo aire y sueños vacíos vestidos lujosamente de seminarios y audio libros.

Larissa Belliveau (28 años) perdió su trabajo en Xerox para dedicarse 100% a los bienes raíces después de escuchar un seminario de Glen Purdy - “Glen tiene una increíble capacidad para persuadir y animar a la gente”. Después de 6 meses Larissa había invertido $55,000 dólares en cursos y seminarios con 5 gurús y 3 entrenadores tratando de recaudar la información necesaria para recuperar su antiguo nivel de vida de cuando tenía su trabajo de 9 a 5. – “No tengo problema en gastarme dinero en comprar algo que sirve” dijo. “Pero he gastado montones de dinero, he hecho lo que me han dicho y nada ha servido”.

El resultado ya lo saben. La burbuja explotó, la economía se contrajo y mucha, muchísima gente se quedó en la calle.

La vida misma y el sistema nos empujan a buscar desesperadamente atajos y caminos secretos que nos lleven al éxito. A un éxito que ni siquiera sabemos como es ni a que huele o a que sabe. No sabemos como identificarlo ni que experimentar para sentirlo. Así que en la mayoría de las ocasiones toda esa motivación comprada, como en el caso de Larissa, se convierte en enormes cantidades de frustración.

No podemos empezar a buscar si es que no sabemos exactamente que es lo que estamos buscando.

“Una noche un hombre se acerca a otro que se encontraba al pie de una farola inclinado viendo al piso como si buscara algo. El primero le pregunta al segundo:

- ¿Se le perdió algo Sr.? ¿Puedo ayudarle?

El otro hombre desesperado le dice que había perdido la llave de su casa. Al oír esto el primer hombre se puso en cuatro patas para ayudarle a buscar.

Después de 20 minutos el primer hombre vuelve a preguntar:

- ¿Esta seguro que se le cayó aquí?

El segundo hombre contesta:

- No, se me cayo dos calles más arriba

Sorprendido por la respuesta el primer hombre dice con cierto enojo en su tono de voz:

- Entonces: ¿Qué diablos estamos haciendo aquí?
- Es que aquí hay más luz. Contestó el hombre con un tono calmo al mismo tiempo en que reiniciaba su búsqueda justo debajo de la farola.”


Anthony de Mello (autor de excelentes libros como: El canto del pájaro o La oración de la Rana) solía decir:

“Todo Aquello por lo que temes y por lo que suspiras esta dentro de ti”

Tal vez lo que buscamos como sociedad o individuos no sea lo que hemos etiquetado como éxito, tal vez lo que realmente buscamos este tan al alcance de la mano como en el amor de una pareja o la satisfacción de trascender en la vida a través de un hijo educado como una persona de bien. En los detalles mundanos como un buen baño caliente o salir a jugar a la pelota con los niños. Detalles que generalmente pasamos por alto porque estamos demasiado preocupados en alcanzar el …. éxito.

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